El baño del bebé
El baño no es solo un ritual de higiene, sino un momento de relax y de conexión con tu bebé. ¿Qué debes tener en cuenta a la hora de llevarlo a cabo? ¡Estos son los tips imprescindibles!
1. Deja todo preparado
Asegúrate de preparar con antelación todos los elementos necesarios para el baño, como toalla, gel-champú, loción hidratante, pañal y ropa limpia.
La seguridad es clave: nunca dejes al bebé solo ni un segundo durante el momento del baño.
Quizás se sientan más seguros si, en las primeras veces, están dos personas en el proceso.
2. Comprueba la temperatura
El agua de la bañera debe estar en torno a los 37 °C. Antes de introducir a tu bebé en el agua, asegúrate de que la temperatura es correcta con un termómetro. También puedes introducir el codo o la parte interna de la muñeca.
La temperatura del ambiente también debe ser cálida, unos 23-25 °C.
3. Elige productos para bebés
La piel del bebé es muy fina y delicada, y requiere un cuidado especial para evitar irritaciones.
Por eso, es fundamental elegir productos diseñados específicamente para bebés.
Elige jabones líquidos de baño y champús hipoalergénicos con ingredientes de origen natural, libres de sulfatos y parabenos.
Busca etiquetas que indiquen “probado dermatológicamente” o “apto para pieles sensibles”.
Se puede prescindir del uso de esponjas.
4. No tiene que ser diario
Los recién nacidos no necesitan bañarse cada día. Dos o tres veces por semana es suficiente para mantener su piel limpia y saludable, especialmente en los primeros meses.
Entre baño y baño, utiliza toallitas húmedas o un paño limpio con agua tibia para limpiar el rostro, las manos y la zona del pañal.
5. Mejor un baño corto
El baño del bebé debe ser breve, sobre todo en los primeros meses. Entre cinco y quince minutos es suficiente.
Un baño prolongado puede resecar la piel del bebé y hacer que el agua se enfríe, causándole incomodidad.
El kit imprescindible para el verano
Cuando llega la primavera, es recomendable empezar a preparar un kit completo para el verano para evitar las quemaduras.
¿Qué debería contener este kit?
- Un sombrero, preferiblemente de ala ancha, que tape nariz, orejas y cuello.
- Unas gafas de sol. Las gafas de sol infantiles no son un juguete ni un complemento de moda, sino que tienen un propósito claro: proteger los ojos del sol. Los ojos de los bebés son más sensibles a la radiación ultravioleta porque su cristalino, que es el encargado de filtrar los rayos, está inmaduro y deja pasar gran parte de la radiación, lo que puede provocar problemas oculares.
- Ropa con protección solar. Protege del sol de forma constante. Su eficacia no disminuye con el paso de las horas, el baño ni el sudor, y ofrece protección desde el mismo instante en que la ponemos. Además, es una alternativa respetuosa con nuestra piel y con el medio ambiente.
Para identificar las prendas con protección solar, debemos buscar el índice UPF (factor de protección ultravioleta). El tipo de fibra, el entramado del tejido, la densidad, el grosor y el color otorgan un índice UPF.
Se considera que una prenda tiene una excelente protección si presenta un UPF de 40 o superior. - Crema de protección solar con factor de protección solar (FPS) 50+, de amplio espectro y resistente al agua y al roce.
A partir de los seis meses, se recomienda usar protectores solares con filtros minerales.
Los filtros químicos se pueden utilizar a partir de los tres años.
6 principios básicos de la crianza consciente
Este estilo de crianza permite educar y acompañar el crecimiento de nuestros hijos desde el respeto, conectando mejor con sus necesidades y emociones. Conozcamos los fundamentos para una crianza positiva.
1. Presencia
Estar cerca de nuestros hijos no necesariamente quiere decir estar presentes.
Los niños saben que los adultos ponemos atención a las cuestiones que nos gustan y que consideramos importantes, y ellos también necesitan serlo.
Se trata de prestar una atención plena, de que nos sientan con ellos en el lugar y en el momento que compartimos.
2. Contacto físico
Demostrarles nuestro cariño con abrazos, caricias y besos también es muy importante, y ayuda a fortalecer la relación.
3. Validar
En este aspecto, hablamos de darle valor a sus propias necesidades y emociones.
No quiere decir “aceptar todo lo que hacen”, pero sí empatizar con lo que están sintiendo en determinado momento.
4. Honestidad
Los niños no aprenden tanto de lo que decimos, sino de lo que hacemos.
Debemos enseñarles que somos personas honestas, que la verdad es importante, y demostrarles confianza en su capacidad para entender las situaciones que los rodean.
Es fundamental dirigirse a ellos siempre desde la verdad, adaptando las palabras y la información según su edad.
5. Intimidad emocional
Es necesario crear espacios de conexión, ya sea para jugar o para hablarles de nuestras propias situaciones y emociones, como adultos y como padres.
Cuando ellos conecten con nosotros y también necesiten expresarse, tenemos que ser capaces de escucharles sin reproches, sin que se sientan juzgados ni criticados.
Que realmente sientan que pueden acudir a nosotros a explicarnos todo lo que quieran.
6. Respetar
Hay que entender la infancia como una hermosa etapa de la vida, fundamental para nuestro desarrollo emocional, y condicionante para nuestro futuro como adultos.
Es necesario respetar a los niños como seres humanos también, con sus propias emociones, sentimientos y necesidades reales, y que no por ser pequeños pasan a ser gestionados por nosotros como adultos.
La crianza consciente comienza con estar presentes: conectar desde el respeto, la escucha y el amor cotidiano.
Video: Ventanas de sueño: Ayudar a tu bebé a dormir mejor
Displasia de cadera: 5 tips útiles
1. No lo dejes pasar: Detectar a tiempo la displasia de cadera puede prevenir cirugías en el futuro.
2. Pide una ecografía: Asegúrate de que se realice entre la 4ª y 6ª semana de vida.
3. Observa el movimiento: Si notas que tu bebé no abre bien una pierna o se oye un clic, consulta al pediatra.
4. Confía en la maniobra médica: Las maniobras de Ortolani y Barlow son claves para una evaluación inicial.
5. El diagnóstico no duele: La ecografía es rápida, segura y no invasiva.
3 datos que no sabías sobre la lactancia
La lactancia materna es mucho más que nutrición. Este proceso natural crea lazos únicos y ofrece beneficios tanto para el bebé como para la madre. A continuación, te compartimos tres datos que quizás no conocías y que te ayudarán a valorar aún más este momento.
1. Vínculo emocional
Amamantar fomenta un vínculo emocional profundo entre madre e hijo, creando una conexión especial a través del contacto piel con piel y la proximidad durante la lactancia. Este tipo de apego temprano fortalece la seguridad emocional del bebé y su bienestar general.
2. Recuperación postparto
Además de nutrir al bebé, la lactancia ayuda en el proceso de recuperación de la madre. La fisiología natural del trabajo de parto provoca que la mamá evacue espontáneamente antes del nacimiento, y la lactancia favorece la contracción del útero, acelerando su recuperación.
3. Beneficios para la salud de la madre
Mantenerse hidratada de forma regular con agua o bebidas isotónicas, así como alimentarse moderadamente con frutas o colaciones saludables, le da a la madre la energía que su cuerpo necesita para producir leche y cuidar de su bebé. Además, la lactancia puede tener beneficios metabólicos y hormonales a largo plazo.
El ABC del bebé
Basado en el libro “Hola, familia” del neuropsicólogo Álvaro Bilbao, este artículo explora conceptos clave que ayudan a madres y padres a entender mejor lo que piensan y sienten sus hijos pequeños. Un verdadero diccionario emocional para acercarse a la crianza con confianza y conexión.
Contacto
El contacto físico, la ternura y el afecto son fundamentales para el desarrollo del niño. Está demostrado que los bebés que reciben más muestras de cariño tienden a desarrollar menos ansiedad en la infancia y la adultez. El contacto no solo nutre emocionalmente, también influye en la salud mental a largo plazo.
Malcriar
Existe una creencia errónea de que cargar o consolar mucho a un bebé lo va a malacostumbrar. Sin embargo, la ciencia demuestra que dar seguridad desde el nacimiento fortalece su futura autonomía. Los bebés que se sienten protegidos desarrollan mayor confianza y seguridad personal.
Vínculo
El vínculo se construye poco a poco. A veces al inicio cuesta conectar con el bebé, pero es normal. Los gestos simples como abrazarlo, bañarlo o alimentarlo con atención ayudan a formar esa conexión profunda. El bebé, con su instinto, también coopera en esta construcción emocional.
Desarrollo
Hablarle al bebé, sobre todo en momentos íntimos como antes de dormir, estimula su desarrollo mental. Contar lo que vemos, nombrar objetos o cantar canciones ayuda a formar sus bases del lenguaje y también la imaginación. Desde los seis meses pueden reconocer muchas palabras, por lo que describir lo cotidiano se convierte en una herramienta valiosa.
Límite
Poner límites es necesario para proteger al niño de peligros, enseñarle normas culturales y ayudarlo a regularse emocionalmente. No se trata de castigar, sino de orientar con firmeza y amor. Establecer límites claros y explicados desde pequeños prepara al niño para integrarse sanamente en su entorno.
Estrías en el embarazo: lo que debes saber
Las estrías son marcas en la piel que aparecen con frecuencia durante el embarazo, especialmente en zonas como el abdomen, senos, caderas y muslos. Se deben al estiramiento rápido de la piel y a cambios hormonales que afectan la producción de colágeno y elasticidad.
Aunque no siempre se pueden evitar, sí es posible reducir su aparición manteniendo la piel bien hidratada desde el primer trimestre. Usar cremas o aceites ricos en vitamina E, rosa mosqueta, manteca de karité o ácido hialurónico puede ayudar. También es importante llevar una alimentación equilibrada y beber suficiente agua.
Las estrías no son un signo de descuido, sino una huella natural del crecimiento del cuerpo durante esta etapa tan especial. Con el tiempo, tienden a desvanecerse y cambiar de color.
¿La forma de la pancita dice algo sobre tu embarazo?
Durante el embarazo, es común que familiares, amigas o incluso desconocidos comenten sobre la forma de tu pancita: “la traes en punta, seguro es niño” o “está redondita, va a ser niña”. Aunque estas frases son parte del folclore popular y se comparten con cariño, lo cierto es que la forma de la panza no revela el sexo del bebé, ni mucho menos otras características como su tamaño o personalidad.
La forma de la pancita depende de varios factores reales y médicos:
1. Tono muscular y postura
Las mujeres con abdomen más fuerte o que hacen ejercicio tienden a tener una panza más “pegada” al cuerpo. En cambio, quienes tienen el abdomen más relajado (como en embarazos posteriores) pueden tener una pancita más baja o prominente.
2. Tamaño y posición del útero
La forma puede variar si el útero se inclina hacia adelante, hacia atrás o si el bebé está en posición vertical, transversal o sentado.
3. Cantidad de líquido amniótico
Un exceso o disminución en el líquido puede modificar visiblemente la apariencia de tu pancita.
4. Número de bebés
En embarazos múltiples, la pancita suele crecer más rápido y tener una forma más ancha o redondeada.
5. Etapa del embarazo
Durante el primer trimestre, la pancita apenas se nota. En el segundo y, sobre todo, en el tercero, la forma se vuelve más evidente, pero sigue cambiando conforme el bebé se mueve y crece.
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